Credo de Anderson Sánchez


Creo en Guaicaipuro, hijo de la naturaleza que defendió su tierra por su amor, que fue crucificado, muerto y sepultado por los dueños de los medios.
Pero cada día resucita en el corazón luchador e indomable de cada venezolano.

Creo en el amor y cultura de los negros cimarrones que hicieron suyas estas tierras que son disfrutables para Venezuela y que perduran en el tiempo como ejemplo de valentía y resistencia.

Creo en el obrero y la obrera que está en la fábrica, que con su esfuerzo crea esperanza y fortaleza para nuestro país con sus manos llenas de luz divina.

Creo en la humildad real del ser humano, expresada en la solidaridad, en el apoyo, en el consejo, en la hermandad. Como lo hicieran los estudiantes juntos a José Félix Ribas que dejaron su formación para defender a la patria.

Creo en mis sueños que están en la almohada de que este mundo cambie, donde el ser humano sea el eje central del bienestar colectivo y no exista más guerra, donde niños, padres y abuelos inocentes caen sin saber porqué.

Creo en la utopía de Don Quijote y Sancho Panza.

Creo en la música de Alí Primera que en mis horas de pensamiento me refugio para buscar fuerzas en esta batalla, así como salió vencedor Florentino en aquella batalla con el Diablo.

Creo en la Negra Matea que le dio amor a nuestro libertador y no excluyó su posición sobre el amor infinito que genera toda madre.
 
Creo en el amor de mi madre que es reflejo de belleza universal de toda mujer.

Creo en el llanto silencioso de las mujeres en el mundo que piden igualdad en el cielo. Creo en el hermoso pero en la potente corriente del río, creo en sus piedras que son milenarias y aunque a veces son arrastradas por la corriente no pierden su esencia y muchas veces crean un luminoso brillo.

Creo en el Dios con el que me bendice mi madre ya que este le sale del alma y me guía hacia el encuentro con la felicidad.

Creo en nuestro libertador Simón Bolívar que con su espada de arcángel liberó otras naciones de la oscuridad.

Creo en la universalidad de Francisco de Miranda, creo en el sombrero de cogote de Ezequiel Zamora. Creo en la lealtad de Sucre.

Creo en la sabiduría del pueblo que, como abejas, uno a uno irán dando pinchazos de luz de conciencia dentro de cada patria de Latinoamérica.

Creo en el respeto y honestidad del patriota como lo más bello que cultivamos en nuestros corazones.

Creo en la inventiva del pueblo.

Creo en la Cultura Venezolana desde sus diferentes ambientes territoriales.

En pocas Palabras.
Creo en mí, porque soy hijo de esta maravillosa tierra venezolana y sé que desde mis antepasados hasta mi madre me bendicen cada vez que voy a la lucha diaria y por ese cariño verdadero me mantengo en pie.

Anakarina Rote.

Escrito por Anderson Sánchez, estudiante del 7mo semestre de Comunicación Social de la Aldea Universitaria Ezequiel Zamora de Guatire

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