Todos los viernes me preparo para ir los sábados a la Aldea "Ezequiel Zamora" con la esperanza de llegar y ver nuestra casa de estudio llena de jóvenes capaces de seguir luchando por este gran espacio que es su hogar.
Lo brillante de nuestra aldea es la oportunidad de intercambiar junto a ellos los conocimientos y aprendizajes obtenidos para poder demostrar que todo este tiempo que se dedicó ha valido la pena. A pesar de que hemos sufrido muchos agravantes, estamos dispuestos a seguir luchando.
Cada atropello que hemos sufrido lo hemos superado. Eso es gracias a nuestra coordinadora por siempre estar presente para darnos un empujón o, como se dice, un jalón de oreja. Muchas personas nos verán y dirán que perdemos nuestro tiempo, pero no es así.
Lo que más extraño cuando no estoy en ella, es esa tranquilidad plena y rica frescura que se vive dentro de la misma.
Este gran espacio me brindó la oportunidad de conocer grandes compañeros que hoy en día son mis amigos, y más que amigos, somos una gran familia. Por eso, la aldea es una casa que nunca te cierra sus puertas.
Bárbara Molina
Triunfadora del 8vo semestre de Comunicación Social
Comentarios
Publicar un comentario